lunes, 3 de octubre de 2016

No estoy lista para abrazar a los del NO - Plebiscito 2016 Colombia

Por Juan Ignacio, mi hijo próximo a nacer, quiero cambiar el mundo y mi mundo. Mover montañas, hacer todo lo que esté a mi alcance para que él tenga de este terruño llamado Colombia, mejores recuerdos que los que yo tengo. 

Que no viva el miedo, la violencia y el perder a sus familiares, amigos y conocidos producto de haber nacido en un país sumido en el odio, el egoísmo y la corrupción, no sólo política sino personal de algunos de sus habitantes. 

Ayer lloré un río, lloré como una niña sin medida, sentí un dolor tan grande que no lo podía explicar, sólo dejar salir a través de mis lágrimas. Puede que el embarazo de nueve meses  que llevo en este momento me haya ayudado un poco con esta explosión de sentimientos. 

Yo misma había dicho que la decisión del pueblo había que respetarla y aceptarla con humildad, pero la vida me probó con esto que pasó que es muy fácil hablar, pero aplicar es el verdadero reto. 

De verdad me siento enojada, triste y decepcionada, no entiendo, no me puedo poner en los zapatos de los que le han dicho que No a esta gran oportunidad que nos ha dado la vida de acabar con esta  guerra. Sus argumentos no me convencen, la forma en la que se defienden no me gusta, su forma de celebrar ayer me revolcó las tripas, su manera de explicar que si quieren la paz me llenó de impotencia, la forma de adorar de algunos a una de las personas más mezquinas que conozco me nubla la cabeza. 

Me dieron ganas de mandarlos a todos  para la luna sin regreso, de borrar de mi vida a cuanto personaje había visto que le había dado like o posteado un comentario apoyando el NO. Este  2 de octubre de 2016 sentí que se me esfumaba entre los dedos la ilusión de vivir en un país mejor. 

Hablé con una de mis tías y al tocar el tema me preguntó por qué apoyaba a los guerrilleros, eso fue una patada directa al corazón, pero le di la explicación de mi voto por el SI y no dijo nada más. No obstante después de todo esto lo que me queda retumbando de sus palabras es que el otro lado de esta moneda siempre pensó que el SI  era apoyarlos a ellos, dejarlos salirse con la suya, cuando lo que estábamos haciendo era tragarnos un sapo para lograr un bien mayor, el inicio de tan anhelada paz para este país. Evitar la repetición de tragedias, sin olvidarnos de las que ya sucedieron, porque ¡si tenemos memoria!, pero mirando al futuro lo que queríamos era que no se repitieran.

Tratando de ser coherente con lo que he promulgado seré respetuosa de esta decisión, lo que quiere decir que acepto esta derrota y creo que hay que hacer algo para unir este roto país de ideas tan opuestas. 

No obstante en este preciso momento no sé como empezar, hoy no estoy lista, tal vez en unos días, en este momento no me siento capaz de dialogar amorosamente con quienes decidieron que mi hijo naciera en un país que le da la espalda a la oportunidad de su vida. 

Tal vez estoy  jugando su mismo juego, lo sé, pero soy humana y ante todo estoy siendo sincera al expresar lo que que siento. No quiero aparentar que todo está bien, ni voy a poner la foto de los muñecos del SI y del NO que se abrazan, porque en este momento no lo siento así. 

Estoy viviendo mi duelo, en proceso de aceptación y pidiendo a Dios que cuando salga de esta nube gris que me atraviesa el corazón pueda realmente ser útil para este proceso que está viviendo el país, necesito digerir muy bien mis propias palabras sobre el amor al prójimo y aplicarlas con sinceridad. Porque antes de aparentar ser una monje budista que no soy, debo entender y aceptar mi condición humana… estoy dolida, me duele mi país. 


Volveré a escribir en unos días para contarles como va mi proceso.

martes, 3 de noviembre de 2015

Bogotaneando

Hace ya algunos años que vivo en Bogotá, amo esta ciudad porque me ha dado solo cosas buenas y a diferencia de muchos forasteros que viven aquí, me la disfruto más que cualquier rolo. No obstante hay hechos que me llaman la atención de está esta bella capital que quisiera  compartir con ustedes solo por conversar un rato y para enseñar algunas cositas a los que aún no han tenido la oportunidad de venir, pues sobre esto no se escribe en ningún libro de turismo.
  • Todo el mundo es vecino: El de la tienda, la de los dulces, el lustra botas, la señora de los tintos, todos te dicen “veci” que es el diminutivo de vecino/a.
  • No se dice oprima este botón, se dice “espiche el botón” palabra utilizada ampliamente por todos los estratos sociales y entendida por todo el mundo.
  • Hay que hacer fila para todo. Para entrar a un restaurante es normal esperar una hora y para comerse un helado como mínimo siempre tienes a unas 10 personas delante de ti, lo cual es completamente aceptable. Hacer fila es algo que  llevan tan arraigado que nadie se cuestiona este tema.
  • En el día una de las palabras que más usas es “trancón” (atasco, tráfico lento, etc.). La parte de hacer fila para todo se extiende al carro, donde un recorrido de 15 minutos puede tardar 90 minutos porque las vías son pequeñas y atiborradas de carros. La excusa perfecta para llegar tarde son los trancones y nadie te cuestiona esto así sea mentira, pues todos los han vivido y saben los infernales que son.
  • Los buñuelos y pandebonos que son tan baraticos en mi tierra (Cali) aquí cuestan un ojo de la cara y son de una tamaño desproporcionado, yo cada vez que pago por estos antojos no dejo de sentir que me roban descaradamente y miro a la vendedora con cara de indignada, pero ella está muy ocupada guardando su 3000% de ganancia en la caja.
  • Los taxistas te preguntan para dónde vas, sobre todo en la época navideña, y si tu rumbo no les conviene o no es de su agrado te bajan de taxi sin ningún reparo. Lo mejor es no subirse a un taxi cuyo conductor te pregunte esto, pero en caso de que la prisa sea mucha, por favor menciona tu rumbo antes subirte, así te ahorrarás una posible humillación en caso de que el taxista decida no llevarte.
  • Se desayuna con caldo de costilla o Changua (caldo de huevo). Eso era algo que me parecía impensable, pero ahora me parece delicioso, además te deja con todas las pilas recargadas para enfrentar el día.
  •  Las personas usan saco (jersey) así no haga frío. Esta es una ciudad con un clima entre los 12° y los 19° que en alguna época fue una ciudad mucho más helada y lluviosa, hoy con el cambio climático y densidad poblacional eso ha cambiado un poco, por eso me resulta un poco divertido ver a algunos esquimales que no se quitan la chaqueta o el saco, (ni porque les paguen) en un hermoso día de sol primaveral.
  • La Ciclovía es sagrada, es una bonita costumbre que se tiene, los domingos este es un plan obligado y se valora mucho el tiempo que ahí se pasa. Pese a que en otras ciudades también hay Ciclovías, siento que aquí es mucho más amada y es parte del ADN del capitalino.
En fin creo que se me quedan cosas por fuera, pero para mí estás son las más representativas, si tienen aportes bienvenidos.

Esta es la ciudad en la que escogí vivir, la quiero y la respeto con defectos y virtudes. 

¡Gracias Bogotá, seguiré Bogotaneando!


lunes, 24 de marzo de 2014

Los dos cultivos

Muchas  cosas han sucedido en  mi vida desde la última vez que escribí en este blog, me la he pasado haciendo borradores de textos que jamás fueron publicados, tristes abortos de escritos que se quedaron en un limbo de letras ignoradas por una exigente jueza llamada yo.

Son muchas las lecciones aprendidas y hoy quiero empezar a darle orden a esta cantidad de ideas que tengo en mi cabeza...

Crecí pensando que era una persona  totalmente autentica, tan original y alejada de los estereotipos que pensé que era un bicho raro entre una multitud de gente muy parecida, por muchos años me sostuve en esta realidad y me declaré marciana. No obstante un día desperté y me di cuenta de que no estaba haciendo nada diferente a los demás, terminé la universidad, hice un MBA, comencé a trabajar en una gran multinacional y de repente me convertí  en una trabajadora más, de las tantas que hay. 

Nueve horas de trabajo, más lo que llegaba a hacer en la casa, conclusión: poco tiempo para mi, menos para escribir, mi cerebro estaba todo el día en función de la empresa para la que trabajaba, en la que al principio no encajaba,  pero en la que luego me sentí como pez en el agua.

Ya no era marciana, no había tiempo, poco a poco fui  cosechando una excelente reputación profesional, cambié de cuidad y empecé a lograr todo aquello que un profesional sueña tener a mi edad, pero a pesar de esto, sentía un vacío por dentro que no me dejaba disfrutar tranquila de mis éxitos, un extraño remordimiento, como si algo estuviera mal con todo lo que me estaba pasando.

Sentía que le estaba robando tiempo a mi vida, que me traicionaba a mi misma porque había dejado de hacer las cosas que me robaban sonrisas por estar siguiendo un guion que no quería interpretar. Sentía que no sabía manejar  mi tiempo y descuidaba esa parte de mi que me hacía sentir tan especial.

Fue doloroso darme cuenta de que aunque lo tenía todo a la vez, no tenía nada, porque no era feliz. Había descuidado lo más valioso que tenía, mi individualidad. Poco a poco me convertí en una persona que no quería ser.

Se me había acabado el tiempo para mi, ya no leía, ya no escribía, ya no me sentaba a mirar a la gente, ya no hablaba con extraños, había dejado de hacer muchas cosas que me gustaba hacer por estar  sumergida en mi lucha por encajar, por "triunfar". Solo estaba dedicada a cosechar éxitos  y reconocimientos externos y  me estaba secando por dentro. Fue revelador darme cuenta de que ya no era marciana, solo era alguien haciendo todo igual que los demás.

Afortunadamente un día en mi lucha por entender lo que me pasaba, comprendí que no estaba mal estar donde estaba, lo que estaba mal era no haber regado ambos cultivos (vida laboral y vida personal) durante todo este tiempo y haber depositado todas mis energías en un solo lado.

Con esto no quiero decir que el trabajo te haga perder tu individualidad, solo que si no aprendes a distribuir bien tu tiempo, te puedes marchitar, hay que trabajar con amor y hacer las cosas bien, pero a la vez  debes invertir tiempo en ti mismo y en hacer las cosas que te gustan, buscando cada día el equilibrio.

Seguramente serás más productivo laboralmente si inviertes tiempo en ti mismo, esto hace que tu mente esté fresca, satisfecha y abierta, por lo tanto te aseguro que serás más creativo. Tarde o temprano si no riegas los dos cultivos por igual, terminarás por salirte de control y algo te faltará. 
No se trata de cargos, ni de estatus, se trata de ser feliz con lo que haces, deja de luchar por encajar y seguir el guion social, haz las cosas bien, disfruta de los detalles sencillos de la vida, haz lo que te gusta hacer y ¡diviértete!.

Yo tomé decisiones que han ido encaminado nuevamente mi rumbo, hoy puedo decir que voy por  el camino correcto, pero esto será un trabajo diario que no podré descuidar.

La gran lección de este capitulo de mi vida, es que solo vale la pena el aquel éxito que se cosecha por dentro y por fuera, no se trata de obtener el éxito anulando las cosas que te hacen feliz, hay que buscar el equilibrio, el tiempo para ti debe ser igual o más importante que el tiempo que inviertes en lo laboral, pues al final es la inversión que haces en tu felicidad. Que no muera la esencia marciana que hay en ti, pues esa es la que te hace creativo y es la que hace único.

Riega los dos cultivos.  

lunes, 9 de abril de 2012

Sin memoria

A veces tengo que leerme de nuevo para recordar que todas esas palabras están en mí cabeza y en mi corazón, he tenido una larga ausencia de creatividad debido a que he estado en clases intensivas de vida, una temporada agitada en la que he visto materias como tolerancia a la frustración, perder es ganar y todo puede cambiar en cualquier momento. Realmente ha sido difícil pero voy firme, creo que me queda mucho por aprender y estoy dichosa porque cada día la vida me trae importantes y valiosas lecciones.

Hoy quiero hablarles de la memoria, aquella que esta sociedad en la que nací parece no poseer y que hace que todo vuelva a suceder como si fuera la primera vez… se vuelve a sufrir, se vuelve a sentir la misma impotencia, se vuelven a sentir las mismas ganas de hacer algo, pero poco después también se vuelven a sentir las mimas ganas de olvidar.


Nos sumergimos en nuestros propios asuntos y lo que pasa aparentemente lejos de nuestra realidad más cercana se vuelve solo ruido en nuestra mente que se resetea constantemente para que entren nuevos problemas y nuevas preocupaciones. De esta forma nos la pasamos pensando que son cosas de otros, lo que realmente nos concierne y no hacemos nada… solo quejarnos, hablar en nuestros espacios sociales sobre el tema y luego al rincón del olvido.

No es nuestra culpa que algunos políticos sean corruptos y que unos cuantos utilicen su inteligencia para hacerle daño a los demás, de lo que si somos culpables de la indiferencia con la que asumimos estas situaciones.


Que nos duela la patria no significa que salgamos a tirar piedra por cada cosa que sucede, pero sí que no volvamos a cometer los mismos errores. Formar criterio político en una sociedad que vota con hambre es complicado, pero por algo se empieza, todos podemos aportar, exijamos calidad a los medios de comunicación, no traguemos entero, investiguemos, sembremos la duda para qué la gente que está a nuestro alrededor se motive a saber más.


Cuando sean muchos y no unos cuantos los que exijan cuentas seremos escuchados y nos tendrán que dar explicaciones, además los que tienen malas intenciones se sabrán más observados y se lo pensaran dos veces antes de hacer sus cosas.

Que ya no sean más paisaje los bochornosos casos que nos ha tocado presenciar siempre. Solo puedo decir que un pueblo sin memoria merece su destino, está en nuestras manos hacer que aquellos que ignoran como funciona esta maquinaria absurda sepan cuáles son las consecuencias.

Siembra la duda y acaba con este mal de memoria.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La página amarilla

La vida es un mar de situaciones que desencadenan en momentos felices, tristes y emotivos, cada ser humano en este planeta tiene una percepción distinta de estas situaciones y sobre todo un nivel de aguante diferente para lo que llamamos problemas, por ejemplo para algunas personas la peor desgracia que les pueda suceder es sentirse rechazadas o ignoradas, pero para otras puede ser el no poder ayudar a su familia o a sus hijos. Los problemas son distintos y se interpretan distinto en cada ser humano, pues la dimensión que les damos a los mismos la dictamina el entorno y las creencias que tengamos.

A veces en las situaciones complicadas de la vida sentimos una gran preocupación, en el caso de las mujeres las hormonas nos sobrepasan y se desbordan enloqueciendo en nuestro cuerpo, haciendo que nos convirtamos en entes de dolor físico y mental, en otras ocasiones dejamos que ciertas situaciones abran profundas heridas en nuestros corazones y es ahí cuando empezamos a sufrir.

Pero por qué complicarse la vida constantemente? no entiendo ese afán que tenemos los seres humanos de tener siempre una angustia en el corazón, por qué esa tendencia a ser infelices todo el tiempo?, a recordar siempre lo malo que pasa en nuestras vidas?

Hay quienes pierden la salud y aun así están luchando y concentrándose en la solución, hay quienes no tienen dinero y aun así sonríen buscando la forma de conseguirlo, hay quienes han perdido a sus seres queridos de forma violenta y aun así tienen la capacidad de perdonar y seguir sus vidas. Si ellos pueden lidiar con sus penas y afrontarlas por qué nosotros no? Es necesario quejarse tanto y pensar que el mundo conspira para que las cosas no se nos den? Nooooo no es necesario si otros pueden ser felices a pesar de las adversidades entones por qué nos dejamos derrotar?

Esto no quiere decir que debamos saltar sobre nubes todo el tiempo, tenemos derecho a ponernos de mal humor y a derramar lagrimas de dolor, el problema aparece cuando seguimos dándole vueltas al mimo asunto una y otra vez, cuando permitimos que lo externo afecte lo interno, cuando perdemos la fe y nos auto flagelamos convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.

Hace poco escuché dos historias que me motivaron a escribir este post, dos mujeres que perdieron su visión de una forma inesperada, ambas sufrieron, ambas lucharon por recuperar su vista, pero pasaron la hoja al darse cuenta que no podían volver a sus vidas de antes, se adaptaron a su nueva condición y ahora la aceptan lamentando su pérdida, pero con la conciencia de que hay cosas nuevas por vivir… nuevos retos y aprendizajes.

Esto me hizo pensar sobre las miles de personas que en algún momento de la vida nos hemos quedado pegadas en la misma página; sufriendo, dándole vueltas al mismo asunto, sin evolucionar y sin aprender, estancadas esa hoja cargada de recuerdos que con el tiempo se vuelve amarilla, curtida, y fea de lo mucho que permanecemos ahí evitando que la vida fluya a través del perdón y el amor.

Por estar en la página amarilla nos perdemos de disfrutar los detalles que conforman la felicidad; las sonrisas de los que amamos, la naturaleza, los sabores, los olores, nuestro cuerpo, la vida misma…

La invitación es a que volteamos pagina y dejemos esa hoja vieja atrás para seguir con nuestro camino, está todo por aprender y por escribirse en ese libro de la vida que lo conforman las alegrías pero también las tristezas que al final se convierten en grandes enseñanzas…

Dale vuelta a tu página amarilla.

martes, 22 de marzo de 2011

El préstamo divino

Un día cuando tenías 20 años despertaste de un largo sueño en el que habías vivido sola con tu cuerpo y entendiste que una vida crecía dentro de ti, anunciaste la buena nueva y a partir de ahí tu vida cambió, ya no eras tú, éramos las dos! y seguiste por la vida enfrentando las mareas siempre pensando en plural.

En la madrugada de un 27 de agosto de tus entrañas salió una niña cuando estabas segura de que tendrías un niño, ¡que sorpresa te llevaste! tuviste que cambiar todos tus planes, no imaginaste en ese momento el amor tan grande que ibas a sentir.

Empezaste a recorrer mil caminos y en una de esas vueltas de la vida cruzaste el océano separando nuestros destinos para siempre… Lejos de ti aprendí a amarte más, a valorar lo que otros dan por sentado, y temprano entendí que solo eras mi préstamo divino y que había que disfrutarte de a poquitos.

¿Valió la pena? No conozco otra cosa que este destino, entonces pienso que así tenía que ser, seguramente juntas todo el tiempo no seriamos tan amigas, ni tan respetuosas de la individualidad de cada una, el hubiera no existe, solo existimos las dos de la forma en que tuvimos que vivir.

Para mí los héroes, no viven solo en las caricaturas y las películas, tengo una que ha estado presente en cada día de mi vida. Tantas cosas que decir de ti pequeña… dejas huella en los que se cruzan por tu camino.

Rememorando la vida que ambas hemos tenido no puedo quejarme, nadie nos quita lo bailado, lo vivido, lo sufrido, lo amado…

Para ti pequeña...


domingo, 2 de enero de 2011

La locura más cuerda

Hoy quiero hablarles del amor, ese caótico sentimiento que a veces nos invade sin dar aviso alguno y que al llegar a nuestras vidas nos da una energía infinita y al salir nos deja agotados, sin fuerzas y devastados. 
¿Qué es el amor?
Es un estado de euforia en el que podemos estar permanentemente, por algunos meses, por algunos años o por algunas horas, y hablo específicamente de ese amor que desgarra el alma, el amor que te hace sentir mariposas en el estomago, el que te hace hacer locuras...
Lo describo como un estado de inconsciencia necesaria, que nos hace ver la vida de otra forma; los colores son más brillantes, los aromas se perciben de otra forma, la comida sabe diferente, la vida tiene un tinte de alegría inexplicable.

Específicamente me refiero a ese amor que se siente al principio, ese que es loco, ciego, sordo y mudo, ese con el que se pierde un poco la razón y que perdura por años en la memoria, haciéndonos suspirar cada vez que lo recordamos.

Quién no recuerda su primer amor y no se sonríe al memorar esos primeros besos y esas primeras mariposas en el estomago?

Lo bueno del amor es que se recicla, jajaja ¡si se recicla! amamos y volvemos a amar, a unos más que a otros, pero lo hacemos de nuevo. Cada amor es diferente y te deja una huella, una huella que te servirá como aprendizaje para la vida y te ayudará a enmarcar tu destino.

Amar es necesario para el alma, aunque te rompan el corazón y creas que no se hizo para ti, sabes que en fondo que si quieres sentirlo y si te niegas sufres, así que acéptalo cuando llegué y déjalo ir cuando sea necesario.

Si hoy me preguntaran que es el amor diría que es la locura más cuerda que existe, hay que vivirla y quedarse en ella permanentemente, pero si no se puede entonces mándala de vacaciones y retómala lo más rápido que puedas.
He dicho
MR