martes, 3 de noviembre de 2015

Bogotaneando

Hace ya algunos años que vivo en Bogotá, amo esta ciudad porque me ha dado solo cosas buenas y a diferencia de muchos forasteros que viven aquí, me la disfruto más que cualquier rolo. No obstante hay hechos que me llaman la atención de está esta bella capital que quisiera  compartir con ustedes solo por conversar un rato y para enseñar algunas cositas a los que aún no han tenido la oportunidad de venir, pues sobre esto no se escribe en ningún libro de turismo.
  • Todo el mundo es vecino: El de la tienda, la de los dulces, el lustra botas, la señora de los tintos, todos te dicen “veci” que es el diminutivo de vecino/a.
  • No se dice oprima este botón, se dice “espiche el botón” palabra utilizada ampliamente por todos los estratos sociales y entendida por todo el mundo.
  • Hay que hacer fila para todo. Para entrar a un restaurante es normal esperar una hora y para comerse un helado como mínimo siempre tienes a unas 10 personas delante de ti, lo cual es completamente aceptable. Hacer fila es algo que  llevan tan arraigado que nadie se cuestiona este tema.
  • En el día una de las palabras que más usas es “trancón” (atasco, tráfico lento, etc.). La parte de hacer fila para todo se extiende al carro, donde un recorrido de 15 minutos puede tardar 90 minutos porque las vías son pequeñas y atiborradas de carros. La excusa perfecta para llegar tarde son los trancones y nadie te cuestiona esto así sea mentira, pues todos los han vivido y saben los infernales que son.
  • Los buñuelos y pandebonos que son tan baraticos en mi tierra (Cali) aquí cuestan un ojo de la cara y son de una tamaño desproporcionado, yo cada vez que pago por estos antojos no dejo de sentir que me roban descaradamente y miro a la vendedora con cara de indignada, pero ella está muy ocupada guardando su 3000% de ganancia en la caja.
  • Los taxistas te preguntan para dónde vas, sobre todo en la época navideña, y si tu rumbo no les conviene o no es de su agrado te bajan de taxi sin ningún reparo. Lo mejor es no subirse a un taxi cuyo conductor te pregunte esto, pero en caso de que la prisa sea mucha, por favor menciona tu rumbo antes subirte, así te ahorrarás una posible humillación en caso de que el taxista decida no llevarte.
  • Se desayuna con caldo de costilla o Changua (caldo de huevo). Eso era algo que me parecía impensable, pero ahora me parece delicioso, además te deja con todas las pilas recargadas para enfrentar el día.
  •  Las personas usan saco (jersey) así no haga frío. Esta es una ciudad con un clima entre los 12° y los 19° que en alguna época fue una ciudad mucho más helada y lluviosa, hoy con el cambio climático y densidad poblacional eso ha cambiado un poco, por eso me resulta un poco divertido ver a algunos esquimales que no se quitan la chaqueta o el saco, (ni porque les paguen) en un hermoso día de sol primaveral.
  • La Ciclovía es sagrada, es una bonita costumbre que se tiene, los domingos este es un plan obligado y se valora mucho el tiempo que ahí se pasa. Pese a que en otras ciudades también hay Ciclovías, siento que aquí es mucho más amada y es parte del ADN del capitalino.
En fin creo que se me quedan cosas por fuera, pero para mí estás son las más representativas, si tienen aportes bienvenidos.

Esta es la ciudad en la que escogí vivir, la quiero y la respeto con defectos y virtudes. 

¡Gracias Bogotá, seguiré Bogotaneando!