martes, 17 de noviembre de 2009

Decisiones

Antes de empezar pido excusas a los pocos que me leen por haber estado tan ausente, pero es que la verdad no sé administrar mi tiempo, mi vida ha cambiado mucho desde que abrí este blog pero los últimos 5 meses han sido de verdad una maratón que no ha parado, las grandes ideas y las diarreas mentales como yo le llamo a escribir sin parar sobre algún tema, han sido reemplazadas por el cansancio y el sueño de las noches después de un largo día de trabajo o un viaje.

No obstante aquí estoy con muchas ideas en mi cabeza y con ganas de escribir sobre miles de cosas que se me vienen a la mente como rayos de luz que iluminan mis sentidos que necesitan expresarse a través de lo que escribo porque si no, podría llegar el colapso…. Uffff que miedo.

Mi tema para este post son la Decisiones.

Tomar decisiones importantes, es decir todo lo que no sea escoger el sabor de un helado o la película del fin de semana, podría no ser nuestro fuerte, nos puede parecer más cómodo que las circunstancias decidan o que las cosas se vayan dando ¿nos pasa muchos cierto??? no se imaginan los problemas que esto puede traer.

Por ejemplo Terminar una relación de 10 años cuando en realidad debió haberse acabado a los 5, puede ser un síntoma de que le estas dejando al azar la difícil tarea decidir sobre tu vida, siento que como seres humanos algunos tememos a todo lo que se salga de la norma y a no poder manejar las situaciones. Los cambios radicales nos asustan pero más que eso nos aterra fallarnos a nosotros mismos.

Para muchos la comodidad se interpone a las emociones, las abuelas dicen “es mejor malo conocido que bueno por conocer “ y con esa teoría crecemos y vamos por la vida miles de personas creyendo que la cautela es un pilar fundamental para tener cimientos en la vida.

Admiro a los valientes que toman decisiones tontas o importantes sin temer al fracaso ni a cerrar ciclos en sus vidas, aquellos que no se aferran a las personas ni a los objetos y en cualquier momento de sus vidas dan la vuelta y empiezan de nuevo.

Esos que se retiran de una carrera en octavo semestre, los que se renuncian a sus trabajos exitosos para irse a vivir al campo, los que se arrepienten de casarse o se casan, los que deciden irse a aventurar por el mundo con poco dinero en el bolsillo, los que se van de casa a experimentar sobrevivir en el mundo que hay fuera de la burbuja que los protege en el hogar.

Aquellos criticados tal vez por no medir las consecuencias de sus actos y tomar decisiones importantes sin esperar contar con la aprobación de todos, son los que viven su vida bajo su propia filosofía y al final de la noche se acuestan con la satisfacción de ser los dueños de sus consecuencias.

Una sola decisión puede cambiarte la vida y para esto voy a ponerles casos de mi vida; como por ejemplo cuando decidí conservar el apellido Rojas a toda costa sin importarme que el apellido de mi padrastro pudiera haberme generado la nacionalidad Alemana y con ella todos sus beneficios, hoy sería Marcela Kirchner de no haber tomado la decisión de conservar la única herencia que me había dejado mi padre.

Decidí volarme de la casa de mi tía a los 8 años con una bermuda dos camisetas y 150 mil pesos en el bolsillo.

Decidí vivir en este país donde hay tanto conflicto a pesar de haber tenido muchas oportunidades de de vivir en otro lado.

Decidí que mi tesis tendría un tema social involucrado y me metí en lo más profundo de las vidas de unas niñas cuyas historias han sido tan difíciles como trágicas, para aportarles desde la comunicación un granito de felicidad.

Decidí retarme a mi misma haciendo una maestría en algo que no tenía nada que ver con mi carrera, probando mi destreza en otras doctrinas que no fueran escribir y pensar desenfrenadamente en letras.

Todas estas cosas han cambiado de alguna forma mi vida y me han hecho la persona que soy y aunque a veces no ha sido nada fácil el camino, aquí estoy, y… ¿quién me quita lo bailado??

Mi reflexión hoy es que tal vez aunque nos cueste solo seremos dueños de nuestro destino si nos involucramos en lo que decidimos y no le dejamos a la suerte lo que por derecho nos corresponde, el libro de la vida lo escribimos nosotros, no perdamos la magia y la emoción de explorar y vernos en situaciones que prueben nuestra capacidad de darle sentido a la vida.

Tal vez por estar con un malo conocido nos estemos perdiendo una maravillosa oportunidad de conocer al bueno que nos haría la vida más fácil, tal vez por estar pensando y calculando cada paso de nuestras vidas empezamos a desconocer la emoción y las cosquillas en el estomago que produce lo nuevo, la aventura, la expectativa.

Decisiones, Decisiones, Decisiones….. ¿tienes una que tomar?

¿Te animas?