domingo, 4 de septiembre de 2011

La página amarilla

La vida es un mar de situaciones que desencadenan en momentos felices, tristes y emotivos, cada ser humano en este planeta tiene una percepción distinta de estas situaciones y sobre todo un nivel de aguante diferente para lo que llamamos problemas, por ejemplo para algunas personas la peor desgracia que les pueda suceder es sentirse rechazadas o ignoradas, pero para otras puede ser el no poder ayudar a su familia o a sus hijos. Los problemas son distintos y se interpretan distinto en cada ser humano, pues la dimensión que les damos a los mismos la dictamina el entorno y las creencias que tengamos.

A veces en las situaciones complicadas de la vida sentimos una gran preocupación, en el caso de las mujeres las hormonas nos sobrepasan y se desbordan enloqueciendo en nuestro cuerpo, haciendo que nos convirtamos en entes de dolor físico y mental, en otras ocasiones dejamos que ciertas situaciones abran profundas heridas en nuestros corazones y es ahí cuando empezamos a sufrir.

Pero por qué complicarse la vida constantemente? no entiendo ese afán que tenemos los seres humanos de tener siempre una angustia en el corazón, por qué esa tendencia a ser infelices todo el tiempo?, a recordar siempre lo malo que pasa en nuestras vidas?

Hay quienes pierden la salud y aun así están luchando y concentrándose en la solución, hay quienes no tienen dinero y aun así sonríen buscando la forma de conseguirlo, hay quienes han perdido a sus seres queridos de forma violenta y aun así tienen la capacidad de perdonar y seguir sus vidas. Si ellos pueden lidiar con sus penas y afrontarlas por qué nosotros no? Es necesario quejarse tanto y pensar que el mundo conspira para que las cosas no se nos den? Nooooo no es necesario si otros pueden ser felices a pesar de las adversidades entones por qué nos dejamos derrotar?

Esto no quiere decir que debamos saltar sobre nubes todo el tiempo, tenemos derecho a ponernos de mal humor y a derramar lagrimas de dolor, el problema aparece cuando seguimos dándole vueltas al mimo asunto una y otra vez, cuando permitimos que lo externo afecte lo interno, cuando perdemos la fe y nos auto flagelamos convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.

Hace poco escuché dos historias que me motivaron a escribir este post, dos mujeres que perdieron su visión de una forma inesperada, ambas sufrieron, ambas lucharon por recuperar su vista, pero pasaron la hoja al darse cuenta que no podían volver a sus vidas de antes, se adaptaron a su nueva condición y ahora la aceptan lamentando su pérdida, pero con la conciencia de que hay cosas nuevas por vivir… nuevos retos y aprendizajes.

Esto me hizo pensar sobre las miles de personas que en algún momento de la vida nos hemos quedado pegadas en la misma página; sufriendo, dándole vueltas al mismo asunto, sin evolucionar y sin aprender, estancadas esa hoja cargada de recuerdos que con el tiempo se vuelve amarilla, curtida, y fea de lo mucho que permanecemos ahí evitando que la vida fluya a través del perdón y el amor.

Por estar en la página amarilla nos perdemos de disfrutar los detalles que conforman la felicidad; las sonrisas de los que amamos, la naturaleza, los sabores, los olores, nuestro cuerpo, la vida misma…

La invitación es a que volteamos pagina y dejemos esa hoja vieja atrás para seguir con nuestro camino, está todo por aprender y por escribirse en ese libro de la vida que lo conforman las alegrías pero también las tristezas que al final se convierten en grandes enseñanzas…

Dale vuelta a tu página amarilla.

martes, 22 de marzo de 2011

El préstamo divino

Un día cuando tenías 20 años despertaste de un largo sueño en el que habías vivido sola con tu cuerpo y entendiste que una vida crecía dentro de ti, anunciaste la buena nueva y a partir de ahí tu vida cambió, ya no eras tú, éramos las dos! y seguiste por la vida enfrentando las mareas siempre pensando en plural.

En la madrugada de un 27 de agosto de tus entrañas salió una niña cuando estabas segura de que tendrías un niño, ¡que sorpresa te llevaste! tuviste que cambiar todos tus planes, no imaginaste en ese momento el amor tan grande que ibas a sentir.

Empezaste a recorrer mil caminos y en una de esas vueltas de la vida cruzaste el océano separando nuestros destinos para siempre… Lejos de ti aprendí a amarte más, a valorar lo que otros dan por sentado, y temprano entendí que solo eras mi préstamo divino y que había que disfrutarte de a poquitos.

¿Valió la pena? No conozco otra cosa que este destino, entonces pienso que así tenía que ser, seguramente juntas todo el tiempo no seriamos tan amigas, ni tan respetuosas de la individualidad de cada una, el hubiera no existe, solo existimos las dos de la forma en que tuvimos que vivir.

Para mí los héroes, no viven solo en las caricaturas y las películas, tengo una que ha estado presente en cada día de mi vida. Tantas cosas que decir de ti pequeña… dejas huella en los que se cruzan por tu camino.

Rememorando la vida que ambas hemos tenido no puedo quejarme, nadie nos quita lo bailado, lo vivido, lo sufrido, lo amado…

Para ti pequeña...


domingo, 2 de enero de 2011

La locura más cuerda

Hoy quiero hablarles del amor, ese caótico sentimiento que a veces nos invade sin dar aviso alguno y que al llegar a nuestras vidas nos da una energía infinita y al salir nos deja agotados, sin fuerzas y devastados. 
¿Qué es el amor?
Es un estado de euforia en el que podemos estar permanentemente, por algunos meses, por algunos años o por algunas horas, y hablo específicamente de ese amor que desgarra el alma, el amor que te hace sentir mariposas en el estomago, el que te hace hacer locuras...
Lo describo como un estado de inconsciencia necesaria, que nos hace ver la vida de otra forma; los colores son más brillantes, los aromas se perciben de otra forma, la comida sabe diferente, la vida tiene un tinte de alegría inexplicable.

Específicamente me refiero a ese amor que se siente al principio, ese que es loco, ciego, sordo y mudo, ese con el que se pierde un poco la razón y que perdura por años en la memoria, haciéndonos suspirar cada vez que lo recordamos.

Quién no recuerda su primer amor y no se sonríe al memorar esos primeros besos y esas primeras mariposas en el estomago?

Lo bueno del amor es que se recicla, jajaja ¡si se recicla! amamos y volvemos a amar, a unos más que a otros, pero lo hacemos de nuevo. Cada amor es diferente y te deja una huella, una huella que te servirá como aprendizaje para la vida y te ayudará a enmarcar tu destino.

Amar es necesario para el alma, aunque te rompan el corazón y creas que no se hizo para ti, sabes que en fondo que si quieres sentirlo y si te niegas sufres, así que acéptalo cuando llegué y déjalo ir cuando sea necesario.

Si hoy me preguntaran que es el amor diría que es la locura más cuerda que existe, hay que vivirla y quedarse en ella permanentemente, pero si no se puede entonces mándala de vacaciones y retómala lo más rápido que puedas.
He dicho
MR