sábado, 13 de febrero de 2010

Lobos vestidos de ovejas

Vivir en Colombia es toda una aventura y lo digo en ambos sentidos, solo los que vivimos aquí sabemos lo bien y lo mal que se puede pasar en este paraíso terrenal con infierno tropical incorporado.
 
Aunque aclaro que son muchas las cosas buenas que tiene este país, lastimosamente hoy no se me ocurren muchas, pues lo que me invade es la indignación, y como colombiana preocupada levanto mi voz de protesta ante las barbaridades que están pasando ante nuestros ojos sin que tengamos un verdadero doliente que nos defienda de este gran engaño y del lodazal en el que estamos metidos sin tener conciencia de ello.

Tenemos un sistema de salud a punto de colapsar en donde el paciente es un cliente, que además ahora tendrá que hipotecar la casa y gastar sus cesantías para pagar sus tratamientos de alto costo. ¿Cuántas personas ya han muerto por la negligencia de nuestro sistema de salud, teniendo la tutela de su lado? ahora que ya no la vamos a poder utilizar, que Dios nos ampare.

Por otro lado tenemos en el poder a muchos lobos vestidos de oveja que nos engaña con cuentos de culebrero que ni ellos mismos se creen, y de esta forma va por ahí cerrando revistas, chuzando teléfonos, dándole más plata a los ricos, pasando por alto falsos positivos y dejando en la impunidad miles de crímenes sin que nadie se percate de sus ofensivos actos.
 
Hoy, con un salario mínimo precario, la gasolina más cara de Suramérica y los precios de la canasta familiar y el transporte subiendo todos los días, no podemos decir que las cosas están bien. Quienes piensan eso, son los que aun no se han dado cuenta que lo que se nos muestra para que pensemos que estamos viviendo la utopía que se nos prometió, es solo un espejismo creado con la ayuda de los medios de comunicación.

Despertemos y empecemos a trabajar para salir de este fango, no apoyemos a los que representan todas esa cosas feas que han pasado últimamente en nuestro país, pero sobre todo no traguemos entero lo que nos cuentan los medios sesgados por sus intereses personales.
Hay que construir un criterio político investigando y basándonos en hechos contundentes